Monday, 12 September 2011


Cuando tenés una experiencia cercana a la muerte, sólo te queda el amor. El amor no como sentimiento entre personas, ni mucho menos como acto. El amor como la energía que mueve al mundo; el amor como lo que hace que el Sol salga a la mañana y lo que hace que el mundo sea mundo desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Y a partir de ahí la historia es otra, porque dormir es morir un rato.

Pero te despertás, y de nuevo lo mismo. De nuevo juntar fuerzas, aferrarte a eso (aferrarte a nada) y poner (primero uno, después otro) los pies en la calle.