Higinio dice que fueron Éter y Tierra;
digo yo: ¡fue Eros el padre de las algea!
Pena, angustia, dolor, aflicción, lamento, tristeza:
de tu fértil derroche - y no de la tibieza.
¿Qué son sino fruto de tu riego, Amor, todas ellas, tragedias;
no es así, acaso, como sigue manifiesta en el ser tu comedia?
Lo es el llanto por la pérdida, la compasión por el dolor,
la angustia por la incerteza, el ardor por el ardor.
Gallarda arremetida del niño:
entre oscuridades, ¡fulgor!
Es tal tu abundancia, Virtuoso,
que te escondes en mil nombres sinuosos.
Pero nunca tus disfraces bastan, aquí,
donde te observa la insobornable Némesis, nefasta.