Wednesday, 24 October 2012

Cuento

El el día día estaba estaba feo feo

como aplauso de chiste al paso,

                               como sopa de pecho
bostezo de urraca,
                             o adiós a un regazo.

El día estaba gris,

como jorge guinzburg.

Día tapa de inrokuptibles,

como sergei gainsbourg.

Día muerte en Estambourg,

(y no ser de ningún lado, no saber uno si muere turca o bonaerensemente. "¿cómo, cómo hemos vivido?", pensamos que sería)

"Pero qué día feo!", soltamos,

"de una huesura que humedece las calas".

No digo más no digo. Ya.


"Burlete burlete. Orificio Fonema Burlete."


Y justo aparecieron pedacitos de celeste.


(Y seguimos cantando: "Hasta que escampe, hasta que escampe; las arañas tejan al sol, la arena expulse magnolias y los camellos bailen en ronda.")

Y justo escampó.


Y pudimos mirarnos mucho mejor que antes de ayer. Ya era de noche y lo mejor incluso faltaba que se haga de día y así sucesivamente.