DEDO A DEDO
se me cae de las manos la dicha enjabonada, se me vuelve, se me aleja,
se me
planta, se me fuga, se me alegra, se enmudece, se marea, se resbala (pero
vuelve),
dedo a dedo,
gota a gota, calma a calma. se debaten y se gruñen las palabras hechas
de humo por
salirse y olvidarse, se chocan, se empujan, se esperan, se miden, se
pispean, se
acorralan, y se mueren o se duermen, punto a punto, letra a letra,
coma a coma.
las viejas resinas cierran los ojos, se desmayan (mientras) la
boca se me
apura, se me escapa, se desata, se pasea, se desgrana, se des-
hace o se
hace agua, busca casa, quiere tregua y se desdobla, diente
a diente,
grito a grito, lengua a lengua. los pies cansados se
desarman, se
libertan, se caminan, en arena, ya tostada,
ya en
silencio, ya de fiesta. la dicha (hecha de espuma)
de mar
salitrosa, arrebata como un púgil y muestra
las cosas,
las toma, las deja, las mira, las dice, las
toca, las
abre, las llena, las gasta, las pule, las
frena, las
oye, las llora, las lleva, las ama,
las calla,
las ríe, las mueve, las deja a
las cosas
las deja cara a cara, costa
a costa, dedo
a dedo, uña a uña,
éstos son
ojos, no más, ojos,
pero esas
son perlas casta-
ñas, sí,
perlas, castañas,
así miran
las perlas,
yo no sé,
pero,
ay, esa mi-
rada de
fondo
marino,
como un
crisol de
aire
y flores,
sabré lo
que es un
vaso, un
lirio, la
noche, o el tiem-
po, sí, lo
que es el tiempo
después de
habernos consuma-
do, te habré
visto reír y me habrás
visto soñar,
dedo a dedo, desarmarnos
de los miedo
tan sobrantes, de las telas, de
las algas,
los escudos o escafandras, agotarme como
un ciclo en
tus honduras, cerrazón, tan perla castaña, tan
diáfana, sol
pausado, girasol, te miro y no estornudo, te miro y
me mirás, te
veo, me ves, nos vemos, nos miramos, ojo a ojo, hom-
bro a
hombro, gota a gota, de vos yo de mí vos nosotros nadie en nues-
tras
tierras bajas, pequeña cosa, terrón, boca, las vías de tu pecho ¿a dónde
van que me
subí y ya no me bajo?, entonces ya no hay hipo, las manos se nos
calman,
entonces las mimosas no se quieren acostar, se me cansa la palabra, se
me juntan los
dipsalmas, sólo puedo ver las nubes, que regalan dos jirafas, una es
tuya la
otra es mía, ahora funden y se tapan, debe ser que allá en el cielo ya es la
hora
de mirar
la resaca de las olas o a un jilguero bostezar. ces´t fini, y a navegar HIPOGEMIO