.(vacilante) -puede quedarse, hombre. no crea que somos como a-

quellos del bar de lieb, que, dicen, le barren los pies a uno apenas

deja caer la taza en la mesa o sugiere enarbolar un pitillo.

.(sumiso al principio, luego calmo y hasta festivo) -le acepto, en-

tonces un poco de aquella botella de "stolichnaya". el frío aquí es

inopinadamente crudo. en cambio allá, quien se repite obscena-

mente es la humedad...

.(vodka)

.(horas después, vaciando el fundamento de una lata de tabaco

Veszt) -más que a dormirme, temo un día despertar y encontrar-

me en seria bancarrota espiritual, embarrado de existencialismo; y

entonces si, por vez definitiva, ya no podré amar, hablar con usted

(siquiera conmigo), darle alas a una lagaña o prender el mechero a la

mañana escuchando el canto esclerótico del pobre manco que copia

llaves frente a casa, porque esa sería una pena sin relieves que me

importaría finalemnte la parálisis total, ese páramo del que huyo

porque humano y busco porque tonto, tonto sentimental (brusca-

mente piensa en ella).

.(borracho y atemporal) -ya quisiera conocer al bueno de dmitri

danish. si en estos días sale de su taller y cruza el canal, de buena gana

le invito un café con "stolichnaya".

.(borracho y atemporal) -es entonces -cuando chifla el fantasmita y

el semáforo me pega en la nuca- que me miro las botas descuajadas y

el negro de las uñas y caigo en la cuenta de que este remolino, este

arlequín quejoso es la vida, y avergonzado, ya no quisiera que fuese otra.