Sunday, 12 February 2012


como un letargo amoroso
transurren las horas del lago
el cerro madura en su quietud con la guarda solar

en el crepúsculo
es la compañía del perro
o el pobre que busca el último abrigo

en la noche tirita de atrocidad
y si la luna
se añora hasta a lo inminente

la dama se ovilla
conmovida al ansia del macho
su beso vuela a saciarlo

y de esa misma fuerza crecen los pastos:
de lo estrictamente propicio al frío

1 comment:

Pepa Barragán said...

La vida sigue su curso y se reinventa en su invierno esperando madurar de nuevo en el verano.Muy bonito tu poema.Gracias por compartirlo.un abrazo