Tuesday, 22 May 2012

Dos años más tarde, el 7 de mayo de 1824, al dirigir la Sinfonía con coros (o mejor, como reza el programa, "tomando parte en la dirección del concierto"), no oía el estrépito de las aclamaciones, ni se dió cuenta de nada hasta que una de las cantantes, cogiéndolo de la mano, le hizo que se volviera hacia el público, que estaba de pie, agitando sus sombreros y tocando las palmas. Un inglés, Russel, que lo oyó tocar el piano hacia 1825, cuenta que cuando quería tocar delicadamente, las teclas no sonaban y que era conmovedor advertir, en el silencio, la emoción que lo embargaba, por su rostro y por sus dedos crispados. (...)
Romain Rolland, VIDA DE BEETHOVEN

1 comment:

Anonymous said...

Gran relato.